viernes, 26 de febrero de 2010

Orlando Zapata Tamayo

Orlando, ya no eres Orlando, ni el disidente, ni el preso, ni el rebelde, ni el libertario... eres un día en la vida, una voz en el pecho, palmada en la espalda, abrazo muy fuerte, el día y mañana, la mirada del niño, el fruto del alma, el amor, el cariño, el dolor, la pasión, la luz, eres alba, ilusión libertaria del hombre callado con reja y marroca y la bota en la boca, Orlando, Zapata, Zapata Tamayo, al fin alcanzaste ese sueño, ese anhelo, vivir siempre libre, algo eterno, algo bello, tu mirada hoy perpetua nos dice, nos muestra, no hay rifle que mate el deseo, la gesta, el valor, lo gallardo, la idea perfecta que al vivir siempre libre una bala no afecta, no duele, no mata Orlando..., porque preferiste morir sin alimento antes que vivir sin sustento, y sonrío y sonries al escuchar argumentos que al final solo engañan a los mismos del cuento, decir que han ganado y no saben Orlando que te has ido ganando, ganando esa guerra de miles de almas que fueron tu escuadra, y no creen, no entienden, se niegan a oir que Orlando eres libre por siempre hasta el fin...

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