miércoles, 29 de septiembre de 2010

lamer

Como el partir del tren nuestros jadeos, armonizan la calma. Reclama respeto el frió al reírse nuestras pieles y cual clepsidra tus formas, avisan lo que queda para amar, una imagen mil palabras, las mías en tu oído, vencen lo ya visto, y espontáneos, bifurcando el caos, no es posible más humanidad que la exhalada de tu vientre, todo y nadie no existen en el principio de tus fines, y hacia dentro, morir viviendo cuan humanos animales… ahogados en los caudales de la savia, alma y cuerpo se consuelan el martirio mientras ojos disertan en sabernos amantes o crápulas, sólo queda el regazo de la aceptación que el instinto a las bestias, la lascivia para nosotros... unos contagian, pervierten, ultrajan, ultiman… y beso tu frente.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Así, bien

Avezada la pena afilada en mano, relieva a lo alto mi piel con signos... de vida, ¿quién los borra?, que más da, igual las llamas se reirán de todo, y mi cine sigue siendo el mejor para sentirse quemar. Ni el agua alivia cuando se muere de extrañar, la sal mas cruda endulza poquito al masticarme el miedo, esas huestes de intenciones buenas, simulan dientes, cual vaivén de tus deseos laceran mi congoja, mojando escarlata el sillón de tu lástima... verme mirar que sorbo amargura de infusión, que bien huele esta soledad si no me deja, rio de la luz, la comida..., sí la como, la como, sí, pues no hay dolor sin carne que lo aguarde, en orden, tolera, insiste, tolera, vayamos lento, terapia, horario, cuidado, y todo dolerá bien.