martes, 16 de agosto de 2011

enser

Respeto la ausencia de luz
que es la trascendencia del dolor a lo cierto
Comprendo los sentidos exigentes que controlan mi carne
y mantienen acústicos mis nervios como un ciervo
Acepto mi involuntario respirar
mientras medita mi alma sin saberlo hacer
Fulmina mi ego la torpeza de mi acto

al recibír a mi familia en la puerta
Camino con mi boca tantos números que cansan al tiempo
descubro los anales del desdén
Acabo las palabras de aliento al medio día
aún me suda la vida por venir
Resuelvo el logaritmo de mi pieza
Cultivo la calma mentirosa donde todo lo puedo
Puedo amar mi zapato izquierdo, la silla, su toalla
Yacen los libros en su democrático silencio
Me regala Dios la inexistencia de un espejo
Reviso el índice de mis infinitos
Alegro en lo original de mi frustración
Tiro los dados del pecado
Se moja mi talón con cascaras
Toda la inmundicia de los lunes
Descubren que no existo, sonó el timbre.

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