viernes, 8 de mayo de 2009

sol y edad

En la ternura de mi soledad, siento que aún con nada y sin todos, soy tan perfecto, plenamente humano, incorrectamente yo

No hay quien pueda en este momento elevado y nostálgico, darme más de lo que yo pueda darme, no es pecar de autosuficiencia, es merecer la soledad como premio a la constancia de evitar el contexto de mi vida y ser la esencia que ahora escribe

Sé, mientras el ruido exterior lo dirige un perro, que el temor no es a quedarse solo en un mundo desconocido como este, es desconocer la soledad del mundo, como lo saben los sabios de otros mundos conocidos aquí como locos.

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