Poesía
manual ese
de morir riendo.
domingo, 28 de agosto de 2011
Daniel
Llora hermano
aquí en mis piernas
te conté que descubrí
leyendo a Hawking
que estamos muertos
Llora hermanito, lo tuyo y lo mío
Las noches de ella han sido
por los días que a ti vendrán
llora así, por la nariz
yo seco tus arrugas de joven hombre
ya sabíamos pues, que íbamos a morir
yo explico a nuestro padres
Mamá no sabe, que no sepa
Papá si sabe, por eso ríe
ya pasó hermanito dime
olvida aquello de la muerte
fíjate hermano
como respiramos
aquí en mis piernas
te conté que descubrí
leyendo a Hawking
que estamos muertos
Llora hermanito, lo tuyo y lo mío
Las noches de ella han sido
por los días que a ti vendrán
llora así, por la nariz
yo seco tus arrugas de joven hombre
ya sabíamos pues, que íbamos a morir
yo explico a nuestro padres
Mamá no sabe, que no sepa
Papá si sabe, por eso ríe
ya pasó hermanito dime
olvida aquello de la muerte
fíjate hermano
como respiramos
martes, 16 de agosto de 2011
enser
Respeto la ausencia de luz
que es la trascendencia del dolor a lo cierto
Comprendo los sentidos exigentes que controlan mi carne
y mantienen acústicos mis nervios como un ciervo
Acepto mi involuntario respirar
mientras medita mi alma sin saberlo hacer
Fulmina mi ego la torpeza de mi acto
al recibír a mi familia en la puerta
Camino con mi boca tantos números que cansan al tiempo
descubro los anales del desdén
Acabo las palabras de aliento al medio día
aún me suda la vida por venir
Resuelvo el logaritmo de mi pieza
Cultivo la calma mentirosa donde todo lo puedo
Puedo amar mi zapato izquierdo, la silla, su toalla
Yacen los libros en su democrático silencio
Me regala Dios la inexistencia de un espejo
Reviso el índice de mis infinitos
Alegro en lo original de mi frustración
Tiro los dados del pecado
Se moja mi talón con cascaras
Toda la inmundicia de los lunes
Descubren que no existo, sonó el timbre.
que es la trascendencia del dolor a lo cierto
Comprendo los sentidos exigentes que controlan mi carne
y mantienen acústicos mis nervios como un ciervo
Acepto mi involuntario respirar
mientras medita mi alma sin saberlo hacer
Fulmina mi ego la torpeza de mi acto
al recibír a mi familia en la puerta
Camino con mi boca tantos números que cansan al tiempo
descubro los anales del desdén
Acabo las palabras de aliento al medio día
aún me suda la vida por venir
Resuelvo el logaritmo de mi pieza
Cultivo la calma mentirosa donde todo lo puedo
Puedo amar mi zapato izquierdo, la silla, su toalla
Yacen los libros en su democrático silencio
Me regala Dios la inexistencia de un espejo
Reviso el índice de mis infinitos
Alegro en lo original de mi frustración
Tiro los dados del pecado
Se moja mi talón con cascaras
Toda la inmundicia de los lunes
Descubren que no existo, sonó el timbre.
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